Estrategias para la Atención Psicosocial en Estudiantes Monografico
Estrategias para la Atención Psicosocial
en Estudiantes de Sexto grado de primaria de la escuela Espíritu Santo Fe y
Alegría, sección San José, Baní, provincia Peravia, periodo escolar 2018-2019.
Capítulo
I. Aspectos Iniciales de la Investigación
Planteamiento del
problema
La atención
psicosocial en la educación se ejecuta cuando los estudiantes están pasando por
un proceso de rechazo social, familiar o de violencia, a través del mismo se
busca apoyar al estudiante y lograr en ellos una reacción que les facilite
acondicionarse a los fenómenos sociales que puedan influir en su bienestar sea
psicológico o físico.
En la mayor
parte de los casos, los aspectos psicosociales pueden afectar el rendimiento de
los estudiantes, su comportamiento y sus calificaciones, y muchas veces esta
información permanece oculta en dichos estudiantes ya que ninguna autoridad se
preocupa por indagar sobre tal situación, esto nos inspira al análisis de las
estrategias de atención psicosocial que utiliza el departamento de orientación
en la escuela con el fin de saber si al menos estas son llevadas a cabo.
El
comportamiento que se exhibe en algunos estudiantes no es muy positivo, tienden
a estar apartados de los demás, sienten inseguridad al expresarse, a veces
están incomodos, por lo que se sugiere poner mucha atención y examinar el
ámbito social de cada estudiante.
Las
situaciones antes mencionadas no cesarían, en caso de que no se apliquen las
estrategias de la atención psicosocial en el centro de manera oportuna y no se
verán mejoras en la calidad de vida de los estudiantes, mientras estas
situaciones se detecten con anticipación, los estudiantes se podrán integrar
adecuadamente al entorno social y laboral.
Ya
expuestas las premisas anteriores nos preguntamos: ¿Cuáles son las estrategias
para la atención psicosocial en estudiantes de sexto grado de primaria de la
escuela Espíritu Santo Fe y Alegría, sección San José, Baní, provincia Peravia,
periodo escolar 2018-2019?
Formulación del
problema
1- ¿De
qué forma influyen en los estudiantes de Sexto grado de primaria de la escuela
Espíritu Santo Fe y Alegría las estrategias de atención psicosocial?
2- ¿Cuáles
son los casos más frecuentes de problemas psicosociales que se manifiestan en
la escuela Espíritu Santo Fe y Alegría, sección San José, Baní, provincia
Peravia, periodo escolar 2018-2019?
3- ¿Cómo
han funcionado las estrategias de atención psicosocial utilizadas en la escuela
en la adaptación del estudiante con las diferentes situaciones?
4- ¿Cómo
interfieren los problemas psicosociales en el proceso educativo y que medidas
toma el departamento de orientación para lidiar con esta situación?
Justificación
Los orientadores tienen como
propósito principal orientar al individuo en los problemas inter e intra
personales, en el proceso de toma de decisiones, desarrollo humano, en la
conducta del individuo, adquisición y desarrollo del bienestar personal. El
orientador asiste al individuo para que logre un crecimiento saludable,
capacitándolo para enfrentar aquellas situaciones, problemas u obstáculos que
suelen presentarse durante su desarrollo.
En la relación de ayuda se concibe al individuo como una persona
autónoma, con valores, necesidades, intereses y dueña de sí misma, que busca
orientación para encontrar respuestas a sus situaciones particulares de vida,
mientras el orientador es la persona facilitadora y estimuladora de dicho
proceso.
En el trabajo con los estudiantes, el
orientador utiliza además de las técnicas y estrategias, la relación de ayuda
profesional como medio de intervención. La relación que puede existir entre el
orientado-orientador es una relación en la cual al menos una de las partes
intenta promover el crecimiento, desarrollo, madurez, funcionamiento y mayor
calidad de vida de la otra parte. El orientador es un medio, un recurso para el
proceso, mientras que el orientado es el protagonista de su propio proceso.
Por otra parte, la asistencia del
orientador en el escenario educativo comprende una serie de funciones
planificadas para producir cambios en los orientados, a nivel individual,
grupal u organizacional. Está asistencia
puede ser de carácter curativa o remedial, preventiva, de desarrollo o de
asesoramiento. Estas funciones sugieren
un papel tanto reactivo como proactivo por parte del orientador.
Tradicionalmente al Orientador se le
ha ubicado en un papel esencialmente reactivo, esto es, atender al orientado
solo después de la existencia de un problema, cuando éste recurre en la
búsqueda de su ayuda. Actualmente se reconoce la existencia de otras funciones
del que hacer del orientador como la prevención de problemas, la promoción del
desarrollo positivo en el individuo.
Esta concepción permite caracterizar
la naturaleza de la profesión del Orientador sustentada por el componente
“relaciones interpersonales” fundamentalmente.
La connotación de interpersonal nos ilustra que el acto orientador es
una conexión significativamente humana y evidente. Es una operación de
feeb-back liberadora, de aprehensiones y de limitaciones. Es un acto
constructivo y creativo de expectativas.
En ese encuentro uno de los factores
intenta promocionar, conservar y estimular el desarrollo y crecimiento del otro
factor, en el abordaje de aquellos asuntos personales que les compete. Dicha
noción de las relaciones interpersonales tiene grandes implicaciones para el
problema de la formación del orientador. Está claro que el componente
interpersonal exige al estudiante de Orientación la obtención y ampliación de
competencias internamente relacionadas a su persona, a su comportamiento y
formas de expresión, y muy particularmente a la manera subjetiva de ver el
mundo y las relaciones interpersonales que en éste se efectúa.
Objetivos de la
investigación
Objetivo general:
Analizar la
función del orientador en relación a las estrategias que intervienen en la
atención psicosocial en los estudiantes de 6to grado de primaria en la escuela
Espíritu Santo Fe y Alegría Sección San José Baní, Provincia Peravia periodo
escolar 2017-2018.
Objetivos específicos:
1- Examinar cómo influyen en los estudiantes de
Sexto grado de primaria de la escuela Espíritu Santo Fe y Alegría las
estrategias de atención psicosocial.
2- Clasificar
los casos más frecuentes de problemas psicosociales que se manifiestan en la
escuela Espíritu Santo Fe y Alegría, sección San José, Baní, provincia Peravia,
periodo escolar 2018-2019.
3- Determinar
el funcionamiento de las estrategias de atención psicosocial utilizadas en la
escuela en la adaptación del estudiante con las diferentes situaciones.
4- Evaluar
cómo interfieren los problemas psicosociales en el proceso educativo y que
medidas toma el departamento de orientación para lidiar con esta situación.
Hipótesis
El uso
frecuente de las estrategias de atención psicosocial en los estudiantes de
sexto grado de primaria, pueden lograr en los mismos una mejor adaptación,
seguridad y crecimiento académico.
Variables
Variable Independiente:
Estrategias para la atención psicosocial en
estudiantes.
Variables dependientes:
Influencia de las estrategias de atención psicosocial
Casos más comunes de problemas psicosociales
Adaptación de los estudiantes al ambiente social
Función de las estrategias de atención psicosocial
Interferencia de problemas psicosociales en el proceso
educativo
Medidas tomadas por el orientador
Concentración y comportamiento del alumno
Indicadores
Frecuencia del uso de las estrategias de atención
psicosocial
Tipos de casos de problemas psicosociales
Nivel de adaptación del estudiante al ambiente social
Nivel de efectividad del uso de las estrategias de
atención psicosocial
Nivel de concentración y comportamiento de los alumnos.
Capitulo
II: Marco teórico
2.1 Marco de
antecedentes
Ávila
(2015) muestra que la construcción del programa de acompañamiento psicosocial
requirió conjugar esfuerzos en diversos aspectos entre ellos contextualizar a
los estudiantes de psicología del CEAD José Acevedo y Gómez frente al impacto
del estrés y la ansiedad en el rendimiento académico identificando factores
desencadenantes, signos y síntomas asociados.
Se logró
identificar que el 41% de los estudiantes asistentes al evento demuestran
posibles índices de estrés y ansiedad, con esta información se pueden
implementar estrategias para la atención de esta comunidad por medio de un
comité de casos especiales con el fin de brindar ayuda profesional y
personalizada.
Por medio
de un instrumento de aplicación que mide posibles índices de estrés y ansiedad
se logró que con esta herramienta los estudiantes de psicología identificaran
su propio nivel de estrés y ansiedad teniendo en cuenta los 26 componentes:
físico, psicológico y comportamental.
Los
estudiantes son quienes identificaron que aspectos pueden llegar a afectarlos
psicológicamente, lo cual sirvió de base para buscar futuras formas de intervención,
de este modo se profundizo en los lineamientos básicos del trabajo, con el fin
de implementar futuras estrategias de apoyo psicosocial.
Villafañe y Jiménez (2008) en su estudio
titulado “Necesidades psicosociales de los
Estudiantes que han recibido servicios del
Departamento de Consejería para el Desarrollo Estudiantil (DCODE) de la
Universidad de Puerto Rico recinto de Río Piedras” señala de forma general, las
mayores necesidades presentadas por los estudiantes atendidos en consejería
individual en el DCODE son de naturaleza personal y familiar, sobre todo
aquellas asociadas a las relaciones de pareja y con los padres. Es importante
destacar que las diferencias entre la cantidad de estudiantes atendidos por año
podrían responder al número de personal de consejería que labora durante esos
años académicos, así como a que, durante el periodo investigado, hubo periodos
de receso académico y administrativo por huelgas y fenómenos atmosféricos.
Según la información de los informes anuales, entre 2001 y 2005, había entre 13
y 17 profesionales de la consejería que atendían a estudiantes en consejería
individual, mientras que entre 2006 y 2007 había 11 y 8, respectivamente.
Otro dato
interesante relacionado al número de necesidades y de estudiantes atendidos es
que, durante el año académico 2006-07, la cantidad de individuos fue menor a
algunos años anteriores, mientras que el número de necesidades informadas fue
mayor.
La educación debe ir incorporándose a
los desafíos que la sociedad demanda día con día. La Organización de las
Naciones Unidades para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, 2005), en
un informe sobre los cambios que están experimentando las naciones y
particularmente las sociedades, menciona cómo estas se ven inmersas en
adaptarse a los cambios de los tiempos, por lo que:
Los cambios radicales provocados por
la tercera revolución industrial –la de las nuevas tecnologías– han creado de
hecho una nueva dinámica, porque desde mediados del siglo XX la formación de
las personas y los grupos, así como los adelantos científicos y técnicos y las
expresiones culturales, están en constante evolución, sobre todo hacia una interdependencia
cada vez mayor. (p. 5)
Según lo expuesto por el organismo
internacional, estos cambios no pueden dejar de influir, a plazo más o menos
corto, en el conjunto de los sistemas educativos y en la propia definición de
las finalidades de la educación en todos los niveles; también toca en lo
referente a las personas que hacen posible que los servicios de apoyo a la
educación sean permeabilizados de estos cambios que ocurren en las sociedades.
Bajo las premisas de que el sistema
educativo contribuya al desarrollo de las naciones, la administración debe
estar preparada para esos cambios. No obstante, pareciera que: “La gestión
escolar ha venido cumpliendo un papel básicamente reactivo ante los cambios del
entorno, pero no ha sido potente para refundar la escuela bajo otros
principios. Ese es su principal desafío”. Romero (2004, p. 8). Con estos
planteamientos, se pretende que los centros educativos de secundaria, con el
trabajo coordinado del equipo directivo y docente, asuman un papel más
protagónico en la educación de las personas para prepararlos ante los cambios
de la sociedad.
Para cumplir lo señalado en el
ordenamiento jurídico costarricense, se cuenta con el Ministerio de Educación
Pública (MEP), como el rector en materia de la educación y que según la Ley
General de la Administración Pública (1978), es el órgano que vela por el buen
funcionamiento de los servicios y sus servidores que por ley le corresponde,
asimismo es la instancia organizada que dicta los lineamientos de trabajo para
sus diferentes poblaciones. Sin embargo, cumplir ese mandato jurídico no ha
sido tarea fácil; para muestra de esa premisa, el Ministro de Educación durante
los períodos de las administraciones de los gobiernos Arias y Chinchilla,
expresa en la memoria institucional 2006 -2014, lo siguiente:
El MEP ha sido una institución
hipercentralista, jerárquica y controladora: todo gira alrededor del MEP (y por
MEP todo el mundo entiende “las oficinas centrales”). Pues bien, quisimos que
esto fuera cambiando y que “el MEP” aprendiera a girar cada vez más en torno a
los centros educativos, en torno a las regiones. (MEP, 2014, p. 17)
Tal y como lo señala en ese informe,
los cambios no han sido fáciles. Sin embargo, tanto la sociedad como el sistema
educativo deben ir de la mano con los cambios sociales que la sociedad de la
información y el conocimiento requieren; lo anterior, aunado a lo dispuesto en
el mandato del Consejo Superior de Educación (2008) de hacer que los centros
educativos sean centros educativos de calidad.
El personal en Orientación y la
administración del centro educativo sigue las líneas de trabajo que dictan las
diferentes instancias que velan por la administración del currículo y de las
políticas educativas, desde lo que está estipulado en el Manual Descriptivo de
Puestos, adicional a lo concertado en las diferentes directrices, lineamientos
o circulares que se emiten desde las autoridades educativas, siendo este:
Ministro, Viceministros, Directores de área, Jefaturas de Departamentos
Central, Directores Regionales, Supervisores y/ o Directores de Centros
Educativos. En donde se evidencia cada vez más necesario, una adecuada gestión
apegada a los más altos principios rectores de la administración de los
recursos públicos.
Dentro de las funciones, adicionales
a lo convenido en el Manual Descriptivo de Puestos, muchas veces las personas
profesionales en Orientación se quejan del exceso de trabajo o, en algunos
casos, dedican su tiempo laboral a otras tareas administrativas que tienen poco
o nada de vinculación con sus funciones esenciales, como lo es la atención
integral de la comunidad educativa: estudiantes, docentes, padres y madres de
familia. Sobre esto en particular, Cabrera, Ramírez y Guevara (2014, p. 259)
exponen que: “El trabajo del y la profesional en Orientación se recarga de
manera importante hasta incluso, limitar el eficiente trabajo de este
profesional”, siendo que muchas de esas tareas no son necesariamente
relacionadas con sus funciones. Además, se suma que en algunas instituciones ha
aumentado la matrícula, pero no así la apertura de nuevas plazas de orientación
para atender a los estudiantes. Toruño (2011, s. p.) sobre ese tema también
señala que: “(…) muchos colegas de diferentes asignaturas se quejan de las
orientadoras y de los orientadores por ‘no hacer nada’, ‘por estar en la
oficina siempre’, ‘por simplemente estar interesados(as) en los chismes del
colegio’ (…)”. Ante eso, también hay un desconocimiento del personal del centro
educativo sobre lo que realizan las profesionales en Orientación. Todo esto
complica aún más el panorama sobre las funciones que deben desempeñar en el
centro educativo a lo que realmente está establecido, sobre el que es percibido
por la población que recibe el servicio, y por último, lo que ven desde afuera
al servicio que se brinda. Precisamente, en la gestión educativa señala que, en
la medida que los gestores educativos adquieran las competencias jurídicas
sobre sus funciones, pueden tener mayor claridad de los errores u omisiones que
están incurriendo.
Esto muy a pesar, sobre las
diferentes ocupaciones que a lo interno de las instituciones educativas se
desempeñan, como lo es la participación activa en el Comité de Becas, en donde
son absorbidos en las tramitologías de los subsidios económicos para las
diferentes necesidades del estudiantado (comedor, transporte, materiales
escolares, canasta básica, entre otros), adicional a la participación en
comités del mejoramiento de la calidad de la educación, prevención de
desastres, sociales, apoyo educativo, por mencionar los más populares. Y eso lo
confirma la literatura sobre el servicio de Orientación; entre ella, lo
mencionado por Sanz (2014):
Los orientadores, tradicionalmente,
han sido unos profesionales agobiados e infrautilizados, en parte, por la falta
de estructura en su disciplina (…) que el resultado ha sido heredar una serie
de métodos obsoletos y unas tareas burocráticas y administrativas que consumen
mucho tiempo. Todo ello representa una pobre utilización de los talentos de
unos profesionales altamente cualificados. (p. 76)
Ante este escenario, al profesional
en Orientación no le alcanza el tiempo para la atención y seguimiento de los
casos, o bien, el desarrollo de la lección de orientación colectiva o talleres
de prevención, sea que esas tareas burocráticas les consumen casi todo el
tiempo laboral, siendo así una gran debilidad en cuanto a las estrategias de
prevención de situaciones en la comunidad educativa, puesto que estas dos
estrategias de intervención le permiten llegar a una mayor cantidad de estudiantes
en poco tiempo, con temáticas de común interés por los orientados, que si
tuviese que atenderlo individualmente. Dada está panorámica, se hace necesario
indagar las limitaciones que enfrentan en la prestación del servicio y sugerir
oportunidades de mejora.
Sobre estos cuestionamientos llama la
atención que los problemas sociales no pueden recaer exclusivamente en el
orientador y sobre esto en particular, González (2008) señala que:
Culpar a la Orientación de los
problemas de la juventud. Así se suele decir que la existencia del consumo de
drogas, embarazos de adolescentes, de la repitencia estudiantil, de la
indisciplina en el salón de clase, y de los egresados universitarios sin
empleo, es producto de un mal desempeño de los orientadores. (p. 48)
Lo anterior viene a reforzar los
estereotipos que se tienen del personal en Orientación, porque no logra atender
las situaciones que los estudiantes están experimentado en sus centros, por lo
que no se visibiliza con claridad qué es exactamente lo que se supone debe
realizar el orientador. Aunque en buena teoría existe un conjunto de leyes,
códigos y normas que regula la prestación de los servicios educativos, tales
como: la Ley General de la Administración Pública (1978), la Ley Fundamental de
Educación (1957), el Código de Educación (1944), el Estatuto de Servicio Civil
(1953), la Ley de Carrera Docente (1953), los diferentes Directrices
Ministeriales y los lineamientos del Servicio de Orientación, pareciera que por
la complejidad y extensión de esas normas legales, la gente poco se interesa en
conocerlos a fondo, siendo que hay todo un fundamento legal en que nadie puede
alegar el desconocimiento de la ley.
Administración de la educación
La administración de la educación es una rama muy
específica de la administración, tal como lo señala Chiavenato (2005, p. 18):
“(…) implica previsión, organización, dirección, coordinación y control del
trabajo realizado en toda la organización (…) para el mejoramiento de la
calidad de vida y para la solución de problemas complejos que afligen hoy a la
humanidad”; bajo esas ideas, se ve a la administración como la ciencia que
puede facilitar el trabajo y la búsqueda de soluciones en una organización, en este
caso, la educativa, desde la perspectiva de un administrador educativo.
Por su parte, Chacón (2012, p. 50) señala que la
administración: “Constituye un medio en el cual se conjugan diversos objetos,
procesos, pedagogía y currículum. En el campo de la administración se valoran
aspectos de suma relevancia para el buen funcionamiento de la organización”.
Dentro de los campos del saber, se concibe a la administración de la educación
como una ciencia; como tal, esta debe adecuarse a la evolución de la sociedad,
que busca y parte de un proceso de mejora continua, en función de que las
instituciones educativas tengan un norte, al ofrecer un servicio educativo y
administrativo de calidad.
Por lo que se deben revisar los diferentes postulados
teóricos para entender mejor la administración de la educación. En Salas (2003,
p. 15), se conceptualiza la administración educativa como la que: “(…) se
encarga, por lo tanto, de administrar el currículum, con base en determinado
paradigma educativo. Esto implica que la disciplina debe encontrar el paradigma
administrativo coherente con los objetivos curriculares del paradigma educativo
al que se adscriba”. En forma macro, la autora plantea la necesidad de una
ciencia que conduzca a la organización para alcanzar sus objetivos, referidos
al servicio educativo para la sociedad. Otra autora, Calvo (2014) complementa
la idea sobre la importancia de la esta disciplina y señala:
La administración de la educación tiene un reto
sumamente crucial, porque no solo debe enfrentarse a problemáticas que atentan
contra la calidad educativa, sino también contra aspectos culturales y sociales
que interactúan inminentemente, en un complejo y diverso universo educativo.
(p. 165)
Así las cosas, la administración educativa constituye
una plataforma vital para encarar los desafíos de la gestión; para que sea
efectiva, debe mirar con atención el medio en donde se encuentra, a fin de
poder tomar esos elementos y transformarlos en respuestas a esos retos.
Gestión de la educación
Sobre la gestión educativa, se intenta dar un
acercamiento a lo relacionado con la parte conceptual y el cómo esta se puede
operacionalizar dentro del quehacer educativo de una institución, cuya misión
es la de brindar los servicios de educación. Bajo esa premisa, Garbanzo y
Orozco (2007, p. 99) señalan: “como uno de sus principales reto de la
administración educativa a su capacidad de gestión en aras de la construcción
de un desarrollo sostenible con equidad, calidad y justicia”. Desde esa idea,
ya se perfila la importancia de una adecuada gestión educativa para aportar al
quehacer educativo.
Así mismo, sobre este campo en particular y para
entender mejor cómo funciona la gestión, se debe comenzar por entender quién
está al frente de la organización. En González (2006, p. 227) se habla de la
figura del director como la persona que debe organizar y coordinar las
actividades generales del centro educativo, a la vez que se refiere al término
gestionar: “(…) a las tareas que realiza el director y que tienen como
finalidad principal mantener las cosas como son en la organización”. Este autor
señala esto como el gestionar tiempos, recursos, espacios, participación, entre
otros, siendo que la figura del gestor en un centro educativo es aquella que
lidera todas las actividades que conlleva la marcha de la institución.
Referente a la gestión de los servicios de
Orientación, dentro de las instituciones educativas de secundaria, que busca
complementar el desarrollo integral de las personas, Castillero, citado por
Valenciano (2014, p. 10) menciona que: “La gestión de la educación es un
proceso integral coherente y unificado en busca de los logros de los objetivos
institucionales planteados, en función de los distintos planes, programas y
proyectos, en busca del desarrollo curricular, materiales y humanos”. El arte
de lograr una gestión educativa representa para la persona que está al frente
de la organización educativa, realizar ajustes según las necesidades y desafíos
que los objetivos institucionales demandan.
La gestión educativa requiere, por sobre todas las
cosas, facilitar procesos educativos orientados hacia el aprendizaje
significativo de los educandos, impulsando el trabajo en equipo, en el marco de
un clima de confianza, como requisitos que permiten favorecer una gestión
pedagógica de calidad.
Así mismo el Consejo Superior de Educación (2008)
puntualiza sobre los fines de la gestión educativa, en que se debe valorar todo
el espectro que abarca el quehacer educativo, por tanto:
Se requiere de una gestión educativa, dirigida al desarrollo
de las acciones necesarias para lograr los fines y objetivos del sistema
educativo; una gestión que comprenda el conjunto de funciones y
responsabilidades que le corresponde a cada instancia del sistema en todos sus
niveles. (p. 14)
El Consejo Superior de Educación (2008), con esta
recomendación, busca que los participantes en el proceso educativo asuman las
responsabilidades que les corresponden, para que el servicio que se brinda a
los educandos sea apegado a la eficiencia y eficacia que supone la gestión de
un centro educativo. Sobre esas líneas, también Salas (2003) señala que se debe
volver la mirada a la forma de hacer que las cosas funcionen en los centros
educativos, por lo que: “Es indispensable elevar la calidad de la educación,
razón por la cual elevar la capacidad de gestión de la organización educativa
se vuelve uno de los principales problemas a resolver por parte de los teóricos
e investigadores de este campo” (p. 15).
Tal como se observa, en la idea vertida por la autora
Salas (2003), el ejercicio de una adecuada gestión constituye una tarea que
puede repercutir en la calidad de la educación y de la forma de conducir el
centro educativo. Si cada gestor educativo se propone asumir los retos de la
mejora continua, junto a satisfacer las demandas y retos que la sociedad de la
información y el conocimiento demanda de las instituciones, según Calvo (2014,
p. 173): “(…) marcará un punto de inflexión en la disminución de las
desigualdades sociales; y a la vez aumenta la producción de conocimiento;
garantizando la calidad, la eficiencia y eficacia del sistema educativo público
costarricense en todos los niveles”. En definitiva, una adecuada gestión
educativa contribuye a resolver, en gran medida, las demandas que la sociedad
le plantea al sistema educativo. Ambicioso a fin de cuentas, pero realista,
según los diferentes estudios de los organismos internacionales, la educación
constituye una excelente forma de movilidad social.
Gestión jurídica de la educación
Según los autores consultados (Castro [2013], Chacón
[2012], Carmona [2014], Carvajal [2014] y Monge [2014]), quienes son los
primeros investigadores que han realizado trabajos sobre este campo del saber,
como referencia para las necesidades planteadas en la presente investigación,
se encuentra la concepción formulada por Carmona (2014), en donde la gestión
jurídica: “Es el arte de los profesionales en administración de la educación en
poner en acción la planificación, organización, dirección y control del proceso
administrativo para la obtención de productos y resultados de los objetivos
institucionales establecidos” (p. 90). Esta definición va enfatizada desde una
posición de tener los elementos necesarios para llevar, adecuadamente, el
proceso de dirigir un centro educativo.
Por su parte, desde otra perspectiva sobre el
conocimiento de las normativas, en lo referente a las actividades de control, o
en su efecto desde lo que la gestión jurídica puede aportar a lo que está
enmarcado en el cumplimiento de las normativas, el autor Chacón (2012) amplia:
La gestión jurídica en materia educativa, implica una
serie de actividades de control por parte del administrador de la educación.
Según esto, una gestión jurídica exige que el mismo posea un conocimiento
profundo en aspectos legales relacionados con su quehacer, sobre todo en temas
referentes al derecho educativo, servicio público, la administración pública,
los derechos y deberes de sus funcionarios, los derechos y deberes estudiantes
y padres de familia, cuestiones relativas a la ética, a legislación laboral, el
debido proceso, el conocimiento de las leyes, normas y reglamentos relacionados
con el área educativa, entre otras. (p. 64)
Lo expuesto por Chacón (2012) va más allá del
conocimiento superficial de las normativas vinculantes al quehacer de un gestor
educativo; exige un conocimiento más profundo en el campo del derecho
educativo, junto a las garantías y deberes que posee la comunidad educativa,
para lo cual necesita que todos cumplan lo estipulado en la legislación
vigente.
Dada la evolución de la sociedad de la información y
el conocimiento, se precisa que tanto el administrador educativo como el
profesional en Orientación, tengan las herramientas jurídicas necesarias para
enfrentar los diferentes desafíos que la comunidad estudiantil, sus padres,
madres y docentes les demandan. Ante eso, estos servidores deberán incorporar,
en su quehacer profesional, los diferentes conocimientos del ámbito jurídico
educativo, para que sea un gestor capaz de llevar el cambio, dentro del contexto
en que se encuentra una institución educativa del siglo XXI. Sobre este
particular, Monge (2014) señala:
Así entendiendo, uno de los nuevos retos que se
presenta a los administradores de la educación dentro de las organizaciones que
liberan está íntimamente relacionada con la gestión jurídica. Dentro de las
múltiples gestiones u competencias que deben poner en práctica, la
administración moderna demanda conocimientos del ordenamiento jurídico
nacional, leyes, normas, reglamentos, decretos y circulares deben ser del
dominio de los directivos. (pp. 80-81)
De tal manera, según lo señalado por Monge (2014), el
profesional en Orientación debe desempeñar sus labores dentro de los
conocimientos jurídicos que plantea la sociedad de la información y el
conocimiento, lo cual puede permitir una gestión de sus funciones bajo el
estricto apego de las normativas legales que cubren el servicio de Orientación
en los centros educativos.
Así mismo, dentro del ámbito jurídico, específicamente
en lo referente al Derecho Administrativo, se encuentran ideas muy consistentes
en referencia con lo que se debe realizar desde la administración pública,
siendo que la gestión de las leyes es para la búsqueda de satisfacer el interés
público. Tal como lo expone Escola (1989), al decir que es:
Aquella actividad que consiste en ejecutar, dirigir o
servir aplicando medios útiles a fin de alcanzar, fines presupuestos, con
alcance más restringido se constriñe esa noción, refiriéndola al cuidado de una
hacienda o de manera más precisa, a la gestión de intereses de carácter
material. (p. 39)
Así como lo plantea el autor, desde el ámbito del
derecho administrativo se busca que el ejercicio profesional vaya encaminado a
la satisfacción y cumplimiento del ordenamiento jurídico normativo de las
funciones. En lo referente a la obligación de los servidores del sistema
educativo, Arce (2012, p. 28) afirma que: “(…) todo servidor público está
obligado a conocer cuál es su competencia, esto es, el conjunto de sus
atribuciones y potestades, así como la cantidad de medios jurídicos y
materiales otorgados por el ‘bloque de legalidad”. Según este autor, la persona
que se encuentra en la función pública, independiente de su cargo, debe conocer
y acatar lo dispuesto en la materia jurídica.
Por lo tanto, el presente estudio pretende revisar las
funciones que desempeña el personal profesional de Orientación en sus centros
educativos, según lo que está establecido desde los lineamientos que emite el
Servicio Civil, órgano al que por ley le corresponde establecer las funciones
de los orientadores que laboran en el sector público. Así, según Chacón (2012),
Carmona (2014), Monge (2014), Escola (1989) y Arce (2012), la planificación,
organización, dirección y control, conocimiento, cuidado, bloque de la
legalidad, son elementos centrales en una buena gestión jurídica para el logro
de los objetivos trazados.
Consecuentemente, según lo desarrollado anteriormente,
se va a entender por gestión jurídica de la educación: El conjunto de
estrategias que permite la operatividad de los documentos normativos que rigen
la función pública de los servidores del Sistema Educativo Costarricense, bajo
los principios de legalidad, eficiencia y atención oportuna en la búsqueda de
soluciones ante las situaciones que se le plantean, según lo estipulado en los
principios rectores de la administración pública.
Orientación como disciplina
La disciplina de Orientación ha venido evolucionado
con el pasar de los tiempos, desde sus primeros pasos en el siglo XX con la
Primera Guerra Mundial, con la aplicación de instrumentos estandarizados hasta
los enfoques humanistas, liderado por Rogers, Ellis y Perls. Al día de hoy, es
visualizada como una práctica profesional y, en caso específico del servicio de
Orientación que se brinda en los centros educativos de Costa Rica, desde el
inicio de este hace más de 50 años, el autor Guevara (2014) reseña y amplia,
sobre el campo del quehacer profesional de los orientadores que laboran para el
Ministerio de Educación:
La Orientación como actividad profesional, se puede
concebir como la relación dialéctica entre teoría y práctica la cual implica un
conjunto de funciones, procesos científicos y sistemáticos, realizados por
personas profesionales acreditadas socialmente para ejercer en este campo
disciplinar bajo elevadas normas éticas, y sustentados en los conocimientos
teóricos, epistemológicos, metodológicos e instrumentales propios de la
disciplina. (p. 13)
En ese sentido, Guevara (2014) indica el cómo se deben
conducir los profesionales en Orientación, sobre las diferentes tareas que les
son encomendadas, desde la prestación de ese servicio especializado junto al
cómo se deben conducirse en su desempeño diario. Así mismo, este autor
operacionaliza la disciplina de la Orientación como:
El cuerpo de conocimientos teóricos, epistemológicos,
principios, procesos 1metodológicos e instrumentales que fundamentan la
planificación, el diseño, la aplicación y la evaluación de las intervenciones
profesionales, las cuales tienen como finalidad favorecer el desarrollo y el
cambio positivo en las personas a lo largo de la vida (p. 12).
Así, se conceptualiza la Orientación como “la relación
de ayuda, encaminada a estimular procesos de afirmación, desarrollo individual
y social en el estudiantado, que conduzcan a la formulación y reformulación de
su proyecto de vida” (MEP, 2005, p. 13).
Desde otra perspectiva, otra autora señala cómo la
disciplina de la Orientación viene a contribuir con el desarrollo de las
personas desde el campo educativo costarricense. Al respecto, Pereira (2012, p.
60) indica que: “La Orientación contribuye al logro de los objetivos educativos
porque su finalidad y sus métodos convergen con los de la educación, en el
estímulo a desarrollo integral de los alumnos”. Siendo así, que los
profesionales tienen entre sus manos una gran responsabilidad en la formación
de las personas, al igual que el contribuir con el desarrollo de las políticas
educativas.
Por su parte, desde los Programas de Estudios para la
lección de Orientación que emana el MEP (2005), se establece que el servicio de
Orientación debe velar por el desarrollo integral del estudiantado.
También, se debe tener la consideración de que la
Orientación es una tarea cooperativa; por lo tanto, no es una tarea solo de las
personas profesionales en Orientación, siendo que también, dentro de las
funciones de los docentes, está la de coayudar en la formación integral de las
personas. Según lo dispuesto en la Ley Fundamental de Educación (1957), para
lograr que en esa tarea participen todos los actores educativos, es importante
la gestión de un liderazgo dentro de la organización que les permita involucrar
a todos los actores educativos en la resolución de las tareas y la prestación
de servicios que la institución educativa necesita.
Por su parte, dentro de lo dictaminado por el Colegio
Profesional de Orientadores (2012, p. 1), con referencia a un ejercicio
profesional responsable y ético de la labor que realizan en los diferentes
ámbitos que se desempeñan, presentan como preámbulo, la exposición de motivos
para contar con un código de ética, en el que se señala lo siguiente: “(…) que
procuren un desempeño integral en el ejercicio de las funciones, tareas y
actividades laborales, que conduzcan a interiorizar conductas y comportamientos
individuales y grupales adecuados al cumplimiento de la Ley, sus fines,
valores, principios, y procedimientos establecidos (…)”. Así las cosas, desde
ese ámbito, se espera que el personal profesional en Orientación se desempeñe
con los más altos ideas de servicio y en estricto apego a la legislación
vigente.
CAPÍTULO
III:
MARCO
METODOLÓGICO
3.1.
Tipo de Estudio
La estrategia o método de
investigación se define como una actividad del hombre orientada a descubrir
algo desconocido, viene determinada por la naturaleza del problema, las
cuestiones planteadas, el propósito del estudio, las destrezas del investigador
y los recursos disponibles. Cada estrategia ofrece una perspectiva singular y
única que ilumina ciertos aspectos de la realidad más que otros, generado
resultados con los propósitos de la investigación.
En la metodología cualitativa el proceso de indagación es flexible y se
mueve entre los eventos y su interpretación, entre las respuestas y el
desarrollo de la teoría y su propósito consiste en reconstruir la realidad tal
y como la observan los actores de un
sistema previamente definido.
3.2.
Métodos
El método aplicado en este trabajo para la realización del marco
teórico, fue la investigación descriptiva, debido a que indica las características,
los rasgos de la situación y el fenómeno objeto de estudio. Una de las
funciones principales en este tipo de investigación, es la capacidad para
seleccionar las características fundamentales del trabajo de investigación
detallada de las partes, categoría o clase de ese objeto. Su propósito es
llegar a conocer las circunstancias, costumbre y actitudes predominantes a
través de la descripción exacta de las actividades, objeto, proceso y persona.
Se aplicaron diferentes métodos como
fueron:
Método
Analítico por excelencia:
Es aquel método de investigación que
consiste en la desmembración de un todo, descomponiéndolo en sus partes o
elementos, para observar las causas, la naturaleza y los efectos.
Método
Descriptivo:
Este método ayudó a describir los
conceptos claves de la investigación.
Método
Inductivo:
Se utilizó para obtener
las conclusiones generales de dicha investigación. Este método permitió la formación de hipótesis,
investigación de leyes científicas, y las demostraciones. La inducción puede
ser completa o incompleta.
3.2.4.
Método Deductivo:
De igual forma se partió de lo
general para dar una explicación particular.
3.3.
Técnicas
Como instrumento de recolección de
información se utilizó un formato de entrevistas a los estudiantes de 6to grado
de primaria en la escuela Espíritu Santo Fe y Alegría Sección San José Baní,
Provincia Peravia basado en cuestionarios de preguntas mixtas, para evaluar la
percepción de los estudiantes entrevistados. Todos los encuestados se cuestionaron
de manera voluntaria. Por razones de ética y para garantizar un mayor nivel de
obtención de las informaciones, se omite
la identidad de los encuestados.
De igual modo, en esta investigación
se manejaron fuentes primarias y secundarias, apoyándose en escritos formales
de material digital afines a la temática en estudio y referencias de libros,
folletos, revistas y en especial de libros y páginas web.
3.4.
Universo
La población objeto de estudio estará
compuesta por los estudiantes de 6to grado de primaria en la escuela Espíritu
Santo Fe y Alegría Sección San José Baní, Provincia Peravia.
3.5.
Descripción de la Población
La población objeto de estudio estará
compuesta por los estudiantes de 6to grado de primaria en la escuela Espíritu
Santo Fe y Alegría Sección San José Baní, Provincia Peravia.
3.6.
Muestra y Selección
La muestra objeto de estudio es en la
Escuela Espíritu Santo Fe y Alegría Sección San José Baní, Provincia Peravia,
el cual está compuesto por los empleados de dicha escuela.
3.7.
Límites y Alcances
3.7.1.
Límites:
Para la obtención de la muestra de
estudio se sometió un cuestionario a los estudiantes de 6to grado de primaria
en la escuela Espíritu Santo Fe y Alegría Sección San José Baní, Provincia
Peravia.
3.7.2.
Alcances:
Los resultados de este trabajo de
investigación están ostentados en las respuestas de las entrevistas realizadas
a los sujetos esenciales al tema de estudio, en el análisis de los resultados,
así también, en las conclusiones y recomendaciones.
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